
<<El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas>>.
Johann Wolfgang von Goethe
Esta cita célebre de Goethe describe lo controvertido que es el aburrimiento y, a su vez, las bondades que posee. El aburrimiento puede definirse como una emoción que surge por falta de estímulo en el entorno. Generalmente, se asocia al desánimo, la apatía y, en general, a un estado negativo de la mente. No obstante, algunos estudios indican que el aburrimiento puede relacionarse con la creatividad.
Para que lo entiendas mejor, podríamos hacer una analogía entre la creatividad y el dolor (1). Generalmente, cuando algo nos duele no se trata de una experiencia precisamente agradable. No obstante, el dolor, al igual que el aburrimiento, es una señal para nuestro organismo de que es necesario una respuesta conductual por nuestra parte para evitar una situación peligrosa o insatisfactoria. Tanto si el dolor produce una reacción automática (p.e. retirar la mano de una olla caliente) como una respuesta más deliberada (p.e. tomar un analgésico), en ambos casos, el dolor nos empuja a actuar (2). Análogamente, el aburrimiento actúa igual que el dolor, en el sentido en que, por un lado, motiva al individuo a huir de un estado emocional negativo y, por otro, motiva a la persona a conseguir objetivos estimulantes y acordes a sus capacidades. Pensando en esta última función del aburrimiento, podemos ver claramente cómo esta emoción puede entenderse como una precursora de la creatividad.
El cerebro aburrido:
Estudios de neuroimagen indican que el estado de aburrimiento se relaciona con la activación de una serie de regiones conocidas como Default Mode Network (DMN) o Red de Modo Predeterminado (en español). Estas regiones se activan cuando la persona tiene pensamientos que no van dirigidos a una meta concreta o a un estímulo exterior concreto. Se activan cuando la persona se encuentra divagando o en estado de ensoñación (por ejemplo, reflexionando acerca de sí mismo, imaginando el futuro o soñando despierto) (3)(4). Los estudios indican que la actividad de divagar ocupa casi el 50% de nuestro estado de vigilia (5) y suele ser más frecuente en actividades monótonas y aburridas, sobre las que no necesitamos poner esfuerzo ni atención (6).
Cerebro aburrido: ¿cerebro creativo?
El papel que juega el aburrimiento en la creatividad se intuye cuando pensamos en la multitud de historias que se cuentan acerca de cómo surgieron algunos de los descubrimientos más conocidos. Son numerosos los científicos y pensadores que, a lo largo de la historia, engendraron sus ideas más revolucionarias mientras realizaban actividades ajenas a sus investigaciones. En definitiva, mientras su mente se encontraba inmersa en la divagación.
Quizá la historia más conocida es la de Isaac Newton y su ley de la gravedad. El científico pasaba horas sentado bajo los manzanos de su jardín. En muchas ocasiones, compartía esta actividad con su amigo William Stukeley, con quien pasaba horas charlando y divagando, arrullado por los frutales. De hecho fue Stukeley quien, rememorando esas tardes bajo la sombra de los árboles, explicó en su libro “Sir Isaac Newton” la famosa anécdota:
<<Me dijo que había estado en esta misma situación cuando la noción de la gravedad le asaltó la mente. Fue algo ocasionado por la caída de una manzana mientras estaba sentado en actitud contemplativa. ¿Por qué esa manzana siempre desciende perpendicularmente hasta el suelo?, se preguntó a sí mismo>>.
La investigación científica acerca del papel del aburrimiento en la creatividad es relativamente reciente. Los hallazgos indican que el estado de divagación, y la consecuente activación de la región DMN, se relacionan directamente con la mejora del desempeño en la resolución creativa de problemas, así como en el refinamiento de objetivos personales y en la planificación del futuro (7). Aunque queda por descubrir el mecanismo de acción exacto, estos resultados parecen indicar que la divagación se caracteriza por una cadena de distintos procesos. El primer eslabón de esta cadena parece consistir en que la mente se desvincula de los estímulos sensoriales, de manera que esta puede dirigir sus recursos a otros aspectos, los cuales favorecen la creatividad.
En el Renacimiento no había Netflix:
Los grandes pensadores del Renacimiento no tenían Netflix, ni tampoco HBO, ni Spotify, ni Podcasts… Ni tantas otras cosas con las que nosotros ocupamos nuestros espacios vacíos. Vivimos en la sociedad del entretenimiento. Nunca el ocio fue tan abundante ni tan accesible y, aunque eso es definitivamente algo positivo, ¿no deberíamos dedicar más tiempo a divagar y a soñar despiertos?
La actitud contemplativa de Newton, mientras nos dedicamos a tareas cotidianas, podría aportarnos beneficios cómo:
- Resolver de manera creativa nuestros problemas, sean de la índole que sean.
- Refinar nuestros objetivos vitales.
- Decidir mejor.
- Y, ¿por qué no?, quizá tener alguna idea genial y revolucionaria.
No obstante, en general preferimos consumir ideas de otros.
Date una oportunidad. Dedícate un tiempo a ti mismo y a reflexionar acerca de cómo es tu vida, del pasado, del futuro y de lo que quieres y necesitas aportar al mundo.
Estoy segura de que tienes mucho qué decir y estoy deseando escucharte.
Referencias:
- (1) Danckert, J., Mugon, J., Struk, A., & Eastwood, J. (2018). Boredom: What is it good for?. In The function of emotions (pp. 93-119). Springer, Cham.
- (2) Inzlicht, M., & Legault, L. (2014). No pain, no gain: How distress underlies effective control (and unites diverse psychological phenomena). In J. Forgas & E. Harmon-Jones (Eds.), The control within: Motivation and its regulation (pp. 115–132). New York, NY: Psychology Press.
- (3) Baird, B., Smallwood, J., Mrazek, M. D., Kam, J. W. Y., Franklin, M. S., & Schooler, J. W. (2012). Inspired by Distraction: Mind Wandering Facilitates Creative Incubation. Psychological Science, 23(10), 1117–1122. https://doi.org/10.1177/0956797612446024
- (4) Leszczynski, M., Chaieb, L., Reber, T. P., Derner, M., Axmacher, N., & Fell, J. (2017). Mind wandering simultaneously prolongs reactions and promotes creative incubation. Scientific Reports, 7(1), 10197. https://doi.org/10.1038/s41598-017-10616-3
- (5) Killingsworth, M. A., & Gilbert, D. T. (2010). A wandering mind is an unhappy mind. Science, 330(6006), 932. https://doi.org/10.1126/science.1192439
- (6) Smallwood, J., & Schooler, J. W. (2006). The restless mind. Psychological Bulletin, 132(6), 946–958. https://doi.org/10.1037/0033-2909.132.6.946
- (7) Baird, B., Smallwood, J., Mrazek, M. D., Kam, J. W., Franklin, M. S., & Schooler, J. W. (2012). Inspired by distraction: Mind wandering facilitates creative incubation. Psychological science, 23(10), 1117-1122.
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