
Si quieres conseguir algo, si tu objetivo es ser de una determinada manera… “Finge hasta que lo consigas” .
“Finge hasta que lo consigas” (“Fake it till you make it”): este aforismo inglés, tan utilizado en el mundo empresarial, a primera vista parece una contradicción. No obstante, la ciencia parece indicar que este aforismo podría estar en lo cierto.
Si algo tenemos en común todos los seres humanos, es nuestra búsqueda incesante de la felicidad. Según el aforismo enunciado en las primera líneas, parecería ser que, si uno quiere ser feliz, tan solo tiene que actuar como si lo fuera. Como te comentaba antes, esta afirmación puede parecernos contradictoria, o bien una estafa del marketing de la New Age, o, en el mejor de los casos, una creencia propia de mentes ingenuas.
¿Qué dice la ciencia al respecto?
Los últimos hallazgos científicos sobre procesamiento emocional indican que la volición tiene un papel preeminente en la experiencia emocional y, bajo mi punto de vista, aún inexplorado.
Ya en 1890, William James postuló su hipótesis sobre el origen y funcionamiento de la emoción junto al filósofo Carl Lange. La teoría James-Lange (1) postula que la reacción fisiológica ante un estímulo dado era la que provocaba la emoción, y no al revés. Por consiguiente, de esta afirmación se deriva la idea de que las emociones pueden ser suprimidas o intensificadas a través de la respuesta cardiovascular, muscular y visceral del organismo (2).
Si bien es cierto que desde esta teoría se han postulado muchas otras que la complementan y/o matizan (que se desarrollarán en otras entradas de este blog), quiero sugerir esta teoría al lector, ya que se la considera el germen de lo que se conoce como hipótesis del feedback corporal. Esta hipótesis se ha desarrollado a partir de los estudios experimentales en neuropsicología y a continuación te expongo algunos de los estudios y un resumen de sus hallazgos:
- En un estudio en 1993(3) se dividió a los participantes en dos grupos: uno de los grupos debía mantener una postura de trabajo ergonómica, en la que su espalda estaba en posición recta y sus hombros altos y hacia atrás, mientras que el segundo grupo mantenía una postura encorvada, en la que sus hombros y cabeza se encontraban inclinados hacia delante. Se pedía a ambos grupos que completaran una prueba de rendimiento y se halló que la postura corporal influía en su percepción de éxito: cuando se informaba a los participantes de que habían superado la prueba, aquellos que se encontraban en la postura desplomada se sentían menos orgullosos y reportaban un estado anímico más bajo, en comparación con los participantes sentados en postura erguida o de trabajo.
- En 2003, una investigación estudió las regiones cerebrales que se activan cuando los participantes imitan una expresión facial de sonrisa. Encontraron que se activaban regiones límbicas como la amígdala, una estructura cerebral implicada en el procesamiento emocional (4).
- Otro estudio contó con pacientes que iban a ser sometidos a un tratamiento cosmético con toxina botulínica en los músculos del entrecejo. Esta sustancia bloquea los músculos faciales de manera que la expresión facial de enfado (fruncir el ceño) se ve atenuada. Se encontró que cuando se bloquean los músculos del entrecejo se reduce la activación de la amígdala izquierda cuando los sujetos tratan de imitar la expresión de enfado (5).
- Numerosos estudios han hallado que cuando se pide a los participantes que mantengan una expresión de sonrisa fingida (para ello se les pide que sostengan un bolígrafo entre sus dientes), estos podían reconocer con mayor facilidad estímulos emocionalmente positivos. Se ha obtenido el mismo resultado en otros estudios en los que se inducía la expresión facial de felicidad mediante otros métodos.
- La ciencia ha encontrado resultados similares al estudiar el movimiento. En uno de los estudios se pedía a los participantes que adoptaran una postura al caminar deprimida y se les sometía a una prueba de memoria. Las personas tendían a recordar mejor las palabras negativas que las positivas. El resultado se invertía (recordaban mejor las palabras positivas) cuando las personas adoptaban un estilo de caminar feliz (6).
En resumen…
Todos estos hallazgos sugieren que el sistema motor y sensorial se encuentran estrechamente relacionados, no solamente con el correlato neurológico de la emoción, sino con la manera con la que percibimos, experimentamos y recordamos el mundo.
En definitiva, la experiencia emocional (el hecho de sentirse feliz o apesadumbrado) parece teñir toda nuestra percepción de la realidad. Si bien este es un hecho que el lector ya conoce por haber experimentado en carne propia, lo que realmente me parece interesante de todos estos estudios es que la experiencia emocional no tiene porqué ser 100% auténtica para tener efectos en nuestro cerebro y en nuestra cognición. Como hemos visto, la idea que se desprende de todo esto es que la experiencia emocional puede fingirse, de manera que, con el tiempo transforma todo nuestro mundo hasta convertirse en una emoción real.
Ciencia para la vida práctica (o la ciencia aplicada al misticismo):
Piénsalo detenidamente. Lo que vienen a sugerirnos los datos científicos son las ideas siguientes:
- Sonríe, y tu atención se dirigirá preferentemente a los estímulos positivos del ambiente: detectarás con mayor facilidad a las personas que te sonríen, a las que son amables con el mundo, a las personas altruistas, a las personas que aman… Si te encuentras en un estado de ánimo bajo (o con una postura corporal y una expresión corporal que denotan tristeza o angustia) tu atención se dirigirá a estímulos de la misma valencia.
- Sonríe, y tu mente tenderá a retener los episodios felices y satisfactorios del día, antes que los estímulos tristes o que te producen ansiedad.
- Sonríe y mantente erguido, y te sentirás más orgulloso de tus logros y más capaz.
Con todo esto quiero decirte que sea lo que sea lo que quieras llegar a ser, actúan como si ya lo fueras:
Finge, hasta que lo seas.
No permitas que el pesimismo y la angustia conquisten tu mente. Toma las riendas de tu mente. Filtra conscientemente y elige conscientemente la experiencia de vida que deseas vivir. Porque, como ya sabrás, las experiencias vitales tienen el significado emocional que nosotros (consciente o inconscientemente) decidimos otorgarles: para el agricultor, un día lluvioso puede ser una bendición, mientras que para el urbanita puede ser sinónimo de un día triste o fastidioso a causa del tráfico.
Dime, ¿qué vas a elegir tú si mañana amanece lloviendo?: ¿elegirás tener un día triste o sonreírle a la lluvia?
Referencias:
- (1) James, W. (1890). The Principles of Psychology. New York, NY: Holt.
- (2) Marmolejo-Ramos, F., Murata, A., Sasaki, K., Yamada, Y., Ikeda, A., Hinojosa, J. A., … & Ospina, R. (2020). Your face and moves seem happier when I smile: Facial action influences the perception of emotional faces and biological motion stimuli. Experimental Psychology, 67(1), 14.
- (3) Stepper, S. y Strack, F. (1993). Proprioceptive determinants of emotional and nonemotional feelings. Journal of Personality and Social Psychology, 64(2), 211–220. https://doi.org/10.1037/0022-3514.64.2.211
- (4) Carr, L., Iacoboni, M., Dubeau, M. C., Mazziotta, J. C. y Lenzi, G. L. (2003). Neural mechanisms of empathy in humans: a relay from neural systems for imitation to limbic areas. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 100(9), 5497–5502. https://doi.org/10.1073/pnas.0935845100
- (5) Hennenlotter, A., Dresel, C., Castrop, F., Ceballos-Baumann, A. O., Wohlschläger, A. M., & Haslinger, B. (2009). The link between facial feedback and neural activity within central circuitries of emotion—New insights from Botulinum toxin–induced denervation of frown muscles. Cerebral Cortex, 19(3), 537-542.
- (6) Michalak, J., Rohde, K. y Troje, N. F. (2015). How we walk affects what we remember: Gait modifications through biofeedback change negative affective memory bias. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 46, 121–125. https://doi.org/10.1016/j.jbtep.2014.09.004
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