
<<No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino>>
Buda Gautama
Estimado lector, estimada lectora…
En mi blog siempre te hablo acerca de lo que dice la psicología, la filosofía y otras disciplinas sobre los temas que a mí me inspiran: la resiliencia, la felicidad, el altruismo…
Ahora quiero compartir contigo algunos artículos más personales, en el que te hablo de lo que hago yo para sentirme más equilibrada, centrada y feliz.
Mi intención es que alguna de las ideas que te lanzo te sirvan y te inspiren, que intentes ponerlas en práctica, y que me cuentes cómo te ha ido.
Antes de nada me gustaría clarificar algunos conceptos previos sobre la felicidad y la vida:
- La vida es un estado de impermanencia y, por tanto, la felicidad no es tampoco permanente. La felicidad es como el mar, va y viene, nos mecen sus olas. Hay que disfrutar de la felicidad cuando nos la trae la marea, pero no sufras cuando esta se aleja mar adentro con las olas. Al igual que esa ola, la felicidad volverá a ti: es una ley natural.
Para mí, la felicidad es aquello que te devuelve a tu centro, a tu verdadera esencia. Porque te aseguro que, en esencia, cuando nos desprendemos del miedo, del odio y del rencor, todos somos felicidad.
Tu verdadera esencia es quien realmente eres, no quién te han dicho que eres. La familia, la sociedad, los amigos, la cultura… siempre tienen expectativas e ideas acerca de nosotros. A lo largo de la infancia las absorbemos y nos identificamos con muchas de esas cosas que supuestamente somos. No obstante, todas esas creencias no son más que la piel de la cebolla. A ti te toca desprenderte de cada capa y descubrir qué hay debajo de todo eso, en tu centro, y nadie puede hacerlo por ti.
- En el camino al autoconocimiento, no hay recetas. Yo te hablo acerca de lo que a mí me funciona, pero debes ser tú quién encuentre tu propio camino. Para ello deberás abrirte al mundo (exterior e interior), explorar y experimentar. De lo que yo te cuente, toma lo que te resuene, desoye lo que no vaya contigo, y déjame que te acompañe en tu camino.
- Ese camino que es la felicidad debe andarse a veces en solitario, atentos a nuestros pensamiento y emociones, y otras veces en compañía, ya que los demás son espejos en los que nos reflejamos. Son espejos en los que vemos nuestras sombras, nuestros miedos y nuestras debilidades reflejadas. Cada desencuentro, y cada encuentro, con el otro es una oportunidad de aprendizaje.
- La adversidad, los conflictos y la “mala suerte” hacen que nuestro camino se llene de guijarros y se haga cuesta arriba. En esas situaciones, el camino se hace arduo, a veces quieres abandonar, y la felicidad se esconde en otras rutas. Sin embargo, cuando esas situaciones pasan (porque siempre lo hacen) tus piernas son más fuertes y eres capaz de caminar más ligero y veloz.
Dicho todo esto, que no es poco, y es importante tener en mente antes de leer el resto, para volver a nuestra esencia debemos atender a tres esferas: la corporal, la emocional y la mental-racional.
Estas tres esferas deben estar alineadas y en armonía. En mis siguientes posts te hablaré de cada una de estas esferas y de cómo las trabajo. Me gustaría que compartieras cómo cultivas tu cada una de estas áreas.
Como ya te he comentado, no hay recetas universales, y hay personas que tienen más trabajadas unas esferas que otras. Lo importante es empezar a trabajar en aquellas en las que no tenemos tanto dominio, y apoyarnos en las que nos hacen fuertes. Asimismo, para cada persona es más fácil, o más natural, conectar consigo mismo a través de una esfera en concreto. Por ejemplo, hay personas en las que es muy fácil y natural conectarse a través del cuerpo: el ejercicio físico o la meditación, por ejemplo. Para otras, esta área puede ser una asignatura pendiente o una asignatura a la que hay que invertirle más horas de dedicación.
¿Nos ponemos manos a la obra?