
<<La primera manifestación de la expresión humana es su cuerpo. […]. El cuerpo refleja nuestras pretensiones y nuestras esperanzas. Comunica nuestra intimidad al mundo exterior. Por eso cada época, cada generación, exhibe una fisonomía única. Una estética propia>>.
Fernando Alonso Barahona
El cuerpo es el medio que tiene el ser humano para explorar e interactuar con el mundo. Además, nuestro organismo está constantemente trabajando en un sinfín de reacciones químicas y cascadas de hormonas, neurotransmisores y otras moléculas.
Mente y cuerpo son interdependientes y están conectados, por tanto, lo que le sucede a nuestro cuerpo (o cómo tratamos a nuestro cuerpo) afecta a nuestra psique.
Transitar felizmente por la vida hace necesario atender a nuestra biología y esta debe ser abordada desde los siguientes tres aspectos: alimentación, ejercicio físico y corporalidad.
Alimentación: nutre tu cuerpo de felicidad
Comer es un placer. Lo cierto es que a mí me encanta comer y cocinar es uno de mis grandes placeres. Si eres como yo, seguramente tienes que andar con ojo para no pasarte. No obstante, no solamente es importante no excederse comiendo, sino que es esencial aprender a nutrirse. Por eso, en lo que a alimentación se refiere, hay que tener esto en mente y debemos plantearnos lo siguiente:
- Hay que aprender a distinguir entre hambre emocional y hambre física: en muchas ocasiones comemos por aburrimiento, gula, ansiedad… En definitiva, tenemos hambre emocional y no hambre física. Cuando abrimos la nevera debemos preguntarnos antes de nada “¿mi hambre es física o emocional?. Si respondes lo segundo, pregúntate si comer eso que tienes en mente va a solucionar esa emoción de manera satisfactoria. Lo más seguro es que no sea así.
- Mediante la alimentación puedes maltratarte o cuidarte: una dieta saludable fomenta la salud física y mental. El intestino se comunica con el cerebro a través de lo que se conoce como el eje intestino-cerebro. La microbiota intestinal está implicada en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales regulan nuestro estado de ánimo. La enorme influencia que la alimentación tiene en nuestro cuerpo es algo que todos sabemos. Sin embargo, hay un enfoque más “filosófico” que debes tener en mente en relación a tu manera de comer. Pregúntate si te estás nutriendo con tu alimentación o, si por el contrario, estás maltratando a tu cuerpo. La alimentación es un acto de amor hacia ti mismo. ¿Te amas lo suficiente como para no auto-agredirte? Practica el amor hacia ti mismo nutriéndote.
Ejercicio físico: muévete hacia la felicidad
Realizar ejercicio físico moderado mejora nuestra condición física, ya que con ello ejercitamos los músculos, mejoramos nuestra capacidad pulmonar, favorecemos nuestra salud cardiovascular, etc. No obstante, el deporte también favorece nuestro estado de ánimo, ya que provoca un incremento de varios neurotransmisores como la serotonina, la anandamina, la dopamina y las endorfinas. Todos ellos implicados en el bienestar psicológico y cognitivo. Asimismo, la práctica regular de ejercicio aeróbico favorece la plasticidad neuronal.
Todo esto que acabo de resumirte es bien conocido por todos y, además de todo eso, el deporte aumenta nuestra autoestima, sobre todo cuando conseguimos nuevas metas y logros (como ganar una carrera o aguantar una clase entera de spinning). No importa lo grande o pequeño que creas que sea ese logro, lo importante es percibir que mejoramos nuestras marcas. Eso nos aporta autoestima y confianza.
Asimismo, el ejercicio físico también es una forma de autocuidado y de autoconocimiento. Conocer nuestro cuerpo y conectar con él nos permite conocer una parte de nosotros mismos.
Corporalidad: interdependencia entre cuerpo y mente
Descartes se equivocaba: el alma y el cuerpo no son entidades separadas e independientes. A lo largo de los siglos este dualismo cartesiano se ha mantenido, y a día de hoy muchos conciben lo emocional separado de lo corporal.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad: cuerpo y psique se encuentran conectados. Tradicionalmente, la corporalidad se define como el conocimiento que tenemos sobre nuestro propio cuerpo y la relación de este con el entorno, tanto en estado de reposo como de movimiento. No obstante, esta definición es incompleta, ya que nuestro cuerpo también tiene influencia en nuestra mente. Por tanto, no solamente debemos atender a la eficacia con la que nuestro cuerpo nos permite movernos por el mundo exterior, sino a la eficacia con la que nos permite movilizar nuestro mundo emocional y mental.
La corporalidad actúa sobre nuestra psique a través de las siguientes vías:
- La autoconsciencia del propio cuerpo (p.e. ser conscientes de cuando nos encontramos tensionados, de las posibilidades expresivas de nuestro cuerpo o de nuestro potencial físico). Esta forma de autoconocimiento nos permitirá interaccionar de manera más eficiente con el medio, saber cuándo es momento de cuidarnos o reducir el ritmo de actividad y explorar todas las posibilidades del mundo exterior.
- Existe relación entre nuestro cerebro emocional y nuestro sistema motor. Los hallazgos científicos muestran que acciones como adquirir una postura y un tono muscular correctos, o sonreír a menudo, favorecen nuestra vivencia emocional. Ya te hablaba de ello en un post de hace unos meses. Como te comentaba en esa entrada, estudios de neuroimagen indican que la sonrisa simulada activa las mismas regiones cerebrales que una sonrisa real, o que las personas que muestran una postura corporal erguida reportan sentirse más orgullosos de sus éxitos. Asimismo, las personas que adoptan una postura al caminar “feliz” tienen a detectar de manera más eficiente estímulos “felices” y a recordar un mayor número de palabras positivas presentadas con anterioridad.
En definitiva, todo esto te sugiere:
- Sonríe, y tu atención se dirigirá preferentemente a los estímulos positivos del ambiente: detectarás con mayor facilidad a las personas que te sonríen, a las que son amables con el mundo, a las personas altruistas, a las personas que aman…
- Sonríe, y tu mente tenderá a retener los episodios felices y satisfactorios del día, antes que los estímulos tristes o que te producen ansiedad.
- Sonríe y mantente erguido, y te sentirás más orgulloso de tus logros y más capaz.
- Tu cuerpo es tu vehículo, mantenlo a punto para un viaje óptimo y enriquecedor por la carretera de la vida.