mirror, man, darkness-3864155.jpg


«Quererse a uno mismo es el principio de un romance para toda la vida»

Oscar Wilde

Mi experiencia como terapeuta me ha llevado a la conclusión de que todos los problemas que nos acechan a todos nosotros tienen el mismo origen. Tras años de ejercicio profesional, y tras atender a muchos pacientes con problemáticas diversas, con situaciones socio-económicas distintas y procedentes de colectivos diferentes, he llegado a la conclusión de que es el amor es lo que mueve el mundo.

Muchos os dirán que es el dinero… Pero no es cierto. El amor es el motor de toda nuestra vida, y la falta de amor hacia nosotros mismos se encuentra en la base de todos nuestros problemas, sean de la índole que sea.

El amor mueve el mundo:

Piénsalo detenidamente… Los seres humanos somos animales gregarios y anhelamos siempre el amor de los demás. Ese amor puede ser en forma de aprobación, reconocimiento, amistad, amor romántico, etc.

En relación a ese amor que todos buscamos, podemos posicionarnos en dos polos de un continuo: podemos experimentar ese amor desde el miedo o desde la confianza. Cuando vivimos el amor desde el miedo, hacemos cosas por temor a perder lo que amamos. Por ejemplo, nos aislamos y no nos mostramos por miedo al rechazo o llegamos a iniciar un enfrentamiento armado por miedo a perder nuestra nación y los valores que creemos vinculados a esa idea de nación. Por otro lado, cuando experimentamos en amor desde la confianza, nos concebimos a nosotros mismos como seres valiosos (con nuestras luces y sombras) y merecedores del amor de los demás. Por consiguiente, el rechazo o las agresiones de los demás nos producen dolor, pero no sufrimiento. Hay una frase de Siddharta Gautama que me encanta: «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional». Y eso es así, porque cuando vives desde la confianza, no mides tu propio valor en función del aprecio de los demás. No obstante, vivir desde la confianza requiere esfuerzo y educar a nuestra mente para que adquiera ese hábito.

Para que entiendas más eso de medir nuestro valor en función del otro, te explicaré el mismo ejemplo que suelo exponer a mis pacientes: imagina que tienes una primera cita con una persona que te parece interesante. Es bastante habitual que, mientras tenemos a esa persona en frente, mientras estamos hablando con ella, no estemos 100% presentes en esa cita. ¿El motivo? Estamos preguntándonos si a la otra persona le está gustando la conversación, o si le gustará cómo voy vestido/a, o si siente lo mismo que yo. Sin embargo, no nos centramos al 100% en lo que nos está transmitiendo la otra persona y en si realmente nos gusta o no.

Esto ocurre porque no vivimos el amor desde la confianza en el propio merecimiento, sino desde el miedo: miedo a la soledad, miedo al rechazo, miedo a no ser suficiente…

El mundo académico lo llama Autoestima:

Desde el mundo académico, a esto se le llama autoestima. No obstante, se le da una definición bastante más pragmática de la que yo te he expuesto más arriba.

Según Braden (1994), la autoestima “es la predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de felicidad”.

La autoestima es la evaluación que hacemos de nosotros mismos, el valor que nos damos, basándonos en nuestros pensamientos, creencias, emociones y en las experiencias acumuladas a los largo de nuestra vida.

La autoestima no es estática, sino que puede fluctuar a lo largo de nuestra vida y variar en función del área vital. Por ejemplo, yo puedo sentirme muy segura en mi profesión y tener una alta valoración acerca de mí y, a la vez, tener una pobre valoración acerca de mi funcionamiento social.

La Psicología más académica explica que esta valoración se verá afectada por las situaciones de la vida que esté atravesando. No obstante, recuerda que…

Tú eres el que da significado y color emocional a todas las experiencias de tu vida.

Si las vives desde la confianza y desde la certeza de que cada dificultad y cada dolor es una oportunidad de crecimiento, tus niveles de autoestima y de autoconocimiento se verán reforzados.

Cuéntame en los comentarios: ¿cómo vives el amor hacia ti mismo? ¿cómo vives el dolor y el rechazo?

Si estás interesado en trabajar tu autoestima, puedes consultar los servicios de terapia psicológica para adultos y niños que puedo ofrecerte, así como los talleres de crecimiento personal que van a realizarse próximamente.

Referencias bibliográficas: